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Con ésto del veranito por delante, una tiene tiempo para ver la tele o por lo menos esa es la intención ya que un 80% del tiempo en el que se emite la programación normal, es ocupado por lo conocido como anuncios. Antes duraban de 2 a 3 minutos, después pasó a 5 o 6 minutos y ahora la cosa va de 8 en adelante...

Hemos visto muchas estrategias publicitarias y es curioso ver cómo las van cambiando dependiendo de los estudios del estado de la población.

La última hasta ahora y que tan buen resultado ha dado son los anuncios musicales y he aquí unos ejemplos:















Y tropecientos ejemplos más, algunos patéticos (véase Direct Seguros) y otros algo más molones... Pero bueno, si la fórmula funciona ¿porqué no explotarla?

El caso es que ahora he visto un cambio de tendencias en los anuncios, o por lo menos el regreso de una apuesta que siempre, siempre funcionará y, en estos tiempos de crisis, si no puedes llegar a la gente por medio de efectos especiales o descuentazos, llega al corazón:











Pavofrío y Mahou casi siempre se han decantado por anuncios cómicos pero esta vez nos traen dos apuestas que cumplen el objetivo: Tocar una venita en el corazón, pero cada una de distinta forma. Renfe también ha optado por la nostalgia, pero vamos por partes pues son diferentes tipos de "sensibilización"


--> Pavofrío: Una trabajadora de una fábrica de muñecas (feísimas por cierto) que repiten como autómatas "soy muy guapa". Ahí tenemos una crítica a la superficialidad y esa poco salubre manía a idealizar a determinados tipos de mujeres... La chica, visiblemente fastidiada por ésto, coge una de las muñecas y se la lleva para someterla a una metamorfosis de tía artificial a mujer de hoy, corriente, mujer de verdad y es en la calle, en las situaciones más típicas de la vida común, donde encuentra inspiración; ya sea en una madre, en dos amigas desconocidas o en las suyas propias.
Al llegar a su casa, se toma su pechuga de pavo, la cual adquiere un matiz secundario en esta historia que nos están contando, y procede a la transformación de la muñeca en base a todo lo que ha aprendido e incluso le quita el maquillaje y su vestido hortera, obteniendo una chica normal. Al día siguiente llega a su trabajo y la cuela dentro de la fila de rubias autómatas.
Ahora, ya la moraleja viene al final, cuando una niña pasea por los estantes acompañada de su padre y éste le dice cansado "coge una que son todas iguales" y la niña entonces encuentra la muñeca ninja, la cual le dice "eres única".
Y entra el eslogan: "que seamos diferentes hace que seamos únicas".

Fijáos la maestría con la que se ha hecho una oda a la mujer anónima del día a día que trabaja, se emociona, que nos hace reír, que nos transmiten valores, optimismo y principios. Y es que no son pocas las mujeres que intentan ser como esas modelos de las televisiones, tener todas el mismo pelo que tal estrella de cine, maquillarse u operarse tropecientas mil veces cuando ahí no está la felicidad; sino en sentirnos bien con nosotras mismas, ser felices con lo que tenemos y disfrutar de esas cosas del día a día que nos hacen únicas. En otras palabras, todas somos especiales.



--> Mahou: Personalmente tengo que aplaudir de mil amores a este anuncio que, en sólo 30 segundos -que se dice pronto-, transmite tantos sentimientos. La situación es clara, un chico que va a ver el partido de fútbol del mundial (cualquiera nos viene bien mientras juegue España) y recibe propuestas distintas, a cada cual más tentadora que la anterior:
Primero la novia; el chico coge unas cervecitas para ella y sus amigas.
Segundo, los colegas que suben la apuesta con una televisión de plasma de la leche; el chaval coge más cervezas dándonos a ,entender que se decanta más por ver el fútbol con toda su peña (comprensible, comprensible).
Finalmente, el padre.

No le dice "ven a ver el partido conmigo", no. He ahí la belleza de la sencillez del anuncio. Únicamente, titubeante, le pregunta con quién verá el partido, obviamente a sabiendas de que seguro tiene amigos más modernos, una novia guapa, dando por hecho que no querría ir con él; pero el hijo sonríe, deja el carro y la siguiente escena es él cargando con dos cervezas únicamente.

Es tan grande el sentimiento que se quiere mostrar que me parece sublime que en un par de segundos hayan podido llegar a transmitirlo y crear ese delicioso cosquilleo en el estómago que nos hace pensar en nuestro padre o nuestra madre; en ese cariño tan grande que les tenemos y que, muchas veces, no les demostramos... Esos "te quiero" que deberíamos decirles a cada minuto que pasa y, bien sea por falta de tiempo u otros quehaceres, olvidamos.

Debemos tanto a nuestros padres y a lo largo de la vida hay tantas ocasiones importantes en las que no podemos estar con ellos que, por eso, cuando suena la voz serena y dubitativa de ese padre que llama, al chico se le enciende la cara pensando "llevo esperando esto toda mi vida" y así, con sus dos cervecitas, va hacia allí, a darle una alegría a su padre. Pues se lo merece.

Y ahí entra el eslogan: Elige con el corazón cómo, cuándo y con quién vas a ver el partido porque, ésta vez, lo vamos a recordar toda la vida.

Esta frase ya no sólo se refiere al partido, sino a todas las cosas importantes. "Elige con el corazón", no por quién tiene la mejor tele o la mejor fiesta; elige compartir aquellas cosas que jamás olvidarás con aquellos que verdaderamente te quieren e, igualmente, tú quieres también.




--> Renfe: Nos sitúan hace un buen pico de años. Dos trabajadores de un ferrocarril a vapor hablan entre ellos de su vida, de lo que han sido, de lo que fueron sus antepasados, y entonces, con pesar, descubren que los tiempos cambian, que hay que aceptar que a lo mejor ellos serán los últimos maquinista y fogonero que haya, que tal vez los trenes desaparezcan para dar paso a otros medios de transporte más tecnológicos y limpios...
Ahí se ve otra forma de encarar el futuro muy distinta a esa tan idílica en la que nos dicen "mirad hacia adelante que viene lo mejor". Aquí nos muestran a dos hombres que sienten una sensación de pesar al ver que lo que hicieron ellos, sus padres y los padres de sus padres, caiga en el olvido. Ya no es sólo por sus hijos (que han decidido tomar otros caminos), sino por toda la humanidad.

Sin embargo, tiempo después, cuando ambos son ancianos, uno de ellos va corriendo hacia el otro, con la emoción embargando su rostro y le dice "el nieto va a ser maquinista". Ambos se abrazan emocionados y ven al tren pasar. No su tren, sino uno nuevo, más moderno, más rápido...

Fijáos aquí que, a través de estos dos simpáticos ancianos, Renfe nos da las gracias por no olvidarnos de los trenes. Mucho avión, coches con tropecientos mil caballos y todo lo demás, pero a la hora de la verdad todos tomamos el cercanías y para los viajes, no son pocos aquellos que toman el AVE. Los dos hombres se abrazan; aquello que temían no se ha cumplido, el tren no ha desaparecido, ha evolucionado (cosa muy distinta y muy positiva) y ellos están ahí para verlo y el nieto para formar parte de la nueva era, cumpliendo la labor que el abuelo y muchos antes que él, llevan haciendo con tesón. Ellos han hecho posible este futuro y ahora a éste nieto le toca el papel de seguir ampliando horizontes y, tras él, otros muchos más. Porque ésto sólo es el principio.








Como podéis ver, son anuncios que tratan la nostalgia, el amor o la naturalidad... Al final de todo su propósito es claro: Vender su producto y creedme que lo conseguirán (hay mucha gente experta tras cada anuncio, no sólo guionistas); pero no es lo mismo vender con éstos anuncios que te dejan un buen sabor en la boca que vender con cutradas como las de Silik Bang (o como se escriba ésta cosa) o muchas paparruchadas que hay por ahí.



Menos mal que, a pesar de todo lo malo que circula por la televisión, hay cosas que la salvan.





Que Arisugawa esté con vosotros
1 Response
  1. Torkemada Says:

    Los de Mahou y Pavofrío son muy grandes, he soltado una lagrimilla con esos dos :*
    Bravo por los chicos de márketing al elegir darle una vuelta de tuerca a la publicidad.