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Quién no conoce a ese doctor que ha desplazado en popularidad al mismísimo George Clooney en Urgencias... Gregory House.


Un día llegó a la pantalla bajo siempre la elocuente recomendación: "serie de gran éxito en Estados Unidos". Frase que nos hace pensar que si los americanos lo hacen, nosotros también, por el típico lema "follow the leader".

Me acuerdo que yo fui de las que vio el primer capítulo en Cuatro (no tengo Fox ni nada de eso) y francamente, vi un personaje que jamás esperé encontrar; un hombre que va más allá de las apariencias, al que no le importa si está haciendo daño o no mientras diga lo que piensa, un hombre extraño, misterioso e increíblemente solitario. Era atrayente.

Y no solo eso, era un genio médico, el más grande que ha habido y habrá.


Y así caímos en su embrujo.


Aquel hombre enemigo de la humanidad y rival imparable del mismísimo Dios se hizo un hueco en nuestros hogares pese a su carácter irascible, satírico y tan directo que te puede hacer llorar. Su forma de ser nos dio que pensar... Ser sincero es una jodida putada.

Y a medida que pasan las temporadas vamos viendo partes de él que nos hace preguntarnos aún más sobre éste personaje.



Y te das cuenta de la cantidad de sin sentidos que encontramos.

Es un médico y su profesión es salvar la vida de las personas... ¿Por qué una persona como él? ¿Por qué puede leer más allá? ¿Por qué llega a donde nosotros no podemos?



Y te das cuenta de que es especial, de estas personas que te encuentras una vez en la vida. Tal vez ni te la encuentres... Sí, es un borde, un capullo y todo lo demás, pero hay que admitir que es especial, muy especial... Tal vez demasiado.



Y algo que siempre nos ha gustado de él es su capacidad para decir verdades y realidades sin apenas inmutarse, de soltar sus pensamientos y teorías sin importarle lo demás. Hacer esto es tener valor o...

... haber sentido tanto dolor que un "hijo de puta" de alguien te resbala.

Y es verdad, House carga con un dolor incomparable e indescriptible y no sólo por la pierna...




A pesar de lo cabrón que sea, siempre está ayudando a todo el mundo. De forma brusca y sin palabras bonitas da un sabio consejo tanto a un enfermo como a uno de sus ayudantes... A primera vista éstos se lo toman como ganas de joder por parte de House, pero ves que es una forma de ayudarles por el camino largo, es decir, House no quiere decirles "mira, si quieres superar ésto debes hacer lo otro". ¡No! House quiere que la gente vea sus errores y los comprenda, no que escuchen una retahíla de frases bonitas sobre lo que se debe hacer y lo que no.
Francamente, ésta forma duele. Pero es la más efectiva y si os fijáis bien, el equipo de House va puliendo sus errores a base de las pedradas que les mete su jefe. A la larga resulta el mejor.



La verdad duele, ser directo es duro, decir lo que se piensa puede provocar odio por parte de la gente. ¿Y eso qué significa? Que te quedas solo...

Y ese es el precio que paga House por jugar el papel del Dios en el que no cree. Lo acepta porque es consciente del don que tiene para llegar a la gente, aunque lo niegue, aunque intente convencer a los demás de que el ser humano le importa una mierda.




Ahora es cuando comentamos el papel de Wilson en la evolución de House. Wilson es el Watson de Sherlock Holmes, el Bubú del oso Yogui... El amigo que no te abandona jamás hagas lo que hagas. Wilson sabe que House no desea estar solo, por ello le intenta convencer de todas las maneras posibles que no tiene porqué sufrir... Pero a House se la repampinfla, más que nada porque tiene miedo de que las palabras de su amigo algún día le hagan perder la voluntad y la firmeza. Wilson lo sabe, por eso insiste.

Cuddy... Posiblemente el amor de la vida de House sin mencionar a Stacy. Poco a poco, Cuddy ha ido quitando capas de la cebolla que es House, dándose cuenta de que le ama. Pero entendiendo también que es House quien debe dar el primer paso, debe librarse de su carga para que la ame enteramente. Ésto la vuelve melancólica, la desespera... Pero sigue ahí.

House tiene un aprecio por ellos que no les muestra, pero lo guarda en su corazón. Y bien ha estado en los momentos en que más le necesitaban, a su manera, pero aquella en que más les convenía. Ya sabéis, eso de ayudar a la gente por el método doloroso...




Hablando ahora de los miembros de su equipo: Foreman, Cameron, Chase, Tau, Trece y Kudner (ya no). Todos ellos diferentes, han tenido a House como jefe, como los apóstoles tienen al mesías, con la diferencia de que el mesías no va prodigando consejos de amor... Sino realidades, cosas que les hagan salir de sus sueños idílicos y de las fantasías que este mundo no trae consigo... Algunos, como Cameron, se resisten a creer que el mundo es tan cruel (por eso abandona el equipo); otros aceptan el reto de House pese al miedo de que les convenza de que el mundo es cruel, como Foreman, y otros son eliminados del grupo pues no tienen todavía lo que se necesita para enfrentarse a la realidad, como Chase.

Tau, Trece y Kudner entran de segunda tanda. Tau es un hombre cuya vida ha sido buena, fue cirujano plástico y ganaba muchos billetes al año, si se hace ayudante de House es porque sentía que de esa forma podía ayudar a la gente; Trece es una enferma de Hantington, enfermedad degenerativa de difícil curación cuya vida es un caos; Kudner es un hombre que esconde a la gente su pasado, se lo guarda todo para él.

Cuando entrar a trabajar para House, comienza el "tratamiento" de éste para con ellos.

Y se produce el fallo, que si seguís la serie veréis por qué lo digo (hoy se ha emitido el episodio ni más ni menos). Kudner sí sabía de la dureza del mundo, el dolor y la soledad... Pero no ha soportado seguir viviéndolo. House no pudo curarle.



House lo entiende. Es un hombre, tiene un don, pero no deja de ser un humano de carne y hueso.




Y así, éste personaje nos da a todos una lección de humanidad en cada capítulo. Nos enseña la crueldad, despotismo, dificultad de la vida; pero al mismo tiempo y de forma tan exquisitamente escondida, también nos enseña por qué merece la pena vivir. Y así, salva a sus pacientes de la muerte y de las dudas y confusiones.


Y sus frases nos han ayudado también a nosotros. ¿Quién no recuerda la famosa frase "He aquí un axioma de la especie humana: todo el mundo miente, la variable es sobre qué"?.


Por nombrar sólo una de las cientos que suelta...




Pero se está dando cuenta... Entre todos los que le han hecho un hueco en el corazón, están rompiendo su dura coraza hecha a base de dolor... Y tiene miedo, pero al mismo tiempo le fascina las sensaciones nuevas que siente y que creía que no volvería a vivir. Es maravilloso.




Pese a todo, mis preciosas cafeteras, Dios existe y lleva bastón.






Que Arisugawa esté con vosotros